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viernes, 3 de diciembre de 2010

41. Volver a empezar

    Había llegado a un punto en el que tenía la sensación de que lo había perdido para siempre. El tiempo cura las heridas, así que, en cierto modo, se había acostumbrado a aquella situación.

    Un día, a mediados de noviembre, todo dio un giro radical. Poco a poco, él iba entrando en acción. Ella comenzó a notar matices que le decían que todo volvía a ser como antes, que la antagonista de esta historia había desaparecido del cuento. Pocos días después, él se lo confirmó... Ya dije una vez que, si el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, la mujer es el único animal que pierde la cuenta de los tropiezos. En este caso, era el segundo tropiezo con aquella piedra. Este 'chico-conoce-chica' que estaban viviendo parecía estar comenzando su segunda parte. Porque ella es así de blanda. No fue capaz de darle puerta, y allí lo tenía, de nuevo, todo lo cerca que podían estar a pesar de la distancia geográfica que había entre ellos.

  De pronto, fue como si se le borraran de la mente todos los recuerdos de aquel verano, todas las lágrimas lloradas y todos los malos ratos. Él había vuelto a ella. Y pensó que tropezaría con él una y otra vez. Se había jurado que le juraría odio eterno. Pero no podía.

    Fue como dar uno o dos pasos atrás. Lo bueno, es que ahora iba sobre suelo firme. Ahora estaba preparada para cualquier mal movimiento por su parte. Le había dado su voto de confianza. Otra vez. Sólo dependía de él seguir conservándolo. Porque era la última oportunidad que iba a darle.

    Recordaba el comienzo de aquel fin, cuando por poco tiempo se pudo decir que fueron tres. Tres son multitud. Y sobró ella. Ahora, volvía a estar en ese 'dos' al que ambas partes tenían miedo de poner ningún tipo de etiqueta. Sin etiquetas, mucho mejor... Preferían (volver a) dejarse llevar, a ver a dónde les llevaba todo aquello...

    Pensó en lo que le apetecía, a pesar de todo, volver a besarle. Pero recapacitó. Y por un momento, le dio pánico acordarse de aquel último beso que se dieron. Él había parado su coche en aquella parada de taxi para que ella se bajara. Aprovecharon aquel momento. Parecía que aquel beso no iba a terminarse nunca... Pero un taxista hizo sonar su claxon y los sacó de aquel ensimismamiento. Se miraron a los ojos... y ella supo que ese había sido el último beso que se darían en mucho tiempo. Lo supo. Efectivamente, le daban miedo los últimos besos. Pero estaba dispuesta a pasar por ahí...




...Dos pasitos para atrás. Tres son multitud, vayámonos a las cuatro los dos... Y dice el sabio... que ha escuchado por ahí que para subir al cielo hay que besarte primero. Pero tengo miedo a uno de tus besos. Miedo al último, al que duele, que se va y que ya no vuelve... Te besaría sin mirar a nadie más, sin avisar. Te besaría y nada más, sin pensar en un después, sin timidez... Te besaría de verdad. Ya me cansé de imaginar. Te besaría y mucho más. Un cuartito a media luz, y al encender, te beso (¡una, dos y tres!)... ¡Cómo te besaría!... Cuando diga el sol de amanecer...





¿Cómo borrar del camino las huellas de tu destino? ¿Cómo olvidar lo vivido, dándolo 'tó' por 'perdío'?... Para volver a empezar. Como la mar con la orilla, como la noche y el día, quiero volver a empezar... como si nunca te hubieses ido... Déjame que vuelva a partir de cero... Y bendita locura si tú me quisieses besar, olvidarlo todo y empezar de nuevo...

miércoles, 10 de noviembre de 2010

40. El embrujo de Dulcinea

    Por primera vez, no me apetece hablar sólo de nuestra protagonista. Ella llevaba una vida paralela con una amiga suya, hasta tal punto, que se llamaban hermanas. Salvando algunos detalles, sus vidas eran bastante similares en cuanto a encuentros y desencuentros amorosos.

    Por primera vez también, no encuentro paralelismos con una película, sino con un libro: Don Quijote amaba a Dulcinea y, todo lo que hacía, lo hacía movido por estos sentimientos. Dulcinea era su razón para levantarse, su razón para sacar valor para enfrentarse a los gigantes. La amiga que nos concierne en este capítulo, llamémosla DramaClon, en cierto modo actuaba igual que Don Quijote. Al igual que en el caso de Drama Queen, DramaClon y su Dulcineo vivían bastante lejos. La diferencia radicaba en que este Dulcineo no parecía ser un cabrón (perdón, con lo bonito que me estaba quedando todo…). DramaClon se levantaba y pensaba en él. De camino a la facultad, pensaba en él. En clase, pensaba en él. Volviendo a casa, pensaba en él. Preparaba la comida, comía y él seguía en su cabeza… Y así pasaban los días, esperando el momento de encuentro a través de Internet. Este Dulcineo hacía que DramaClon se levantara con ganas de comerse el mundo, le daba fuerzas para enfrentarse a sus gigantes, sus miedos y demás…

    ‘Basar una relación en ese contacto virtual no puede ser ni sano’, le aconsejó aquella tarde Drama Queen a DramaClon. Tal vez había aprendido la lección y por eso se permitía el lujo de aconsejar a una amiga. Drama Queen había llegado a la conclusión de que las relaciones a distancia son como la relación de Don Quijote y Dulcinea. Y es que, Don Quijote muere de amor al darse cuenta de que Dulcinea no existe, que era producto de su imaginación. Él mismo creó a Dulcinea por ese afán de encontrar a alguien especial. Como caballero, necesitaba una dama a la que dedicar sus victorias, una dama por la que estar dispuesto a perder la vida misma si fuera necesario. Y lo mismo pasa en cierta manera con las relaciones a distancia. Sí, la otra persona existe, está ahí. Pero en realidad es como si no. Con la distancia, sólo hay palabras, y una relación sin hechos, no es relación. No hay nada. No existe. Cuando nos enfrentamos a una relación a distancia, nos vemos en cierto modo “obligados” a crear a esa persona. Y es totalmente normal: no nos bastan las palabras bonitas a través de una ventanita de chat, ni un mensaje bonito… Nos falta lo mejor, que no es otra cosa que el contacto físico. Y lo suplimos por la ilusión. La ilusión de esa persona que debería estar junto a nosotros pero que no lo está. Esa persona que nos hace levantarnos cada mañana, esa persona que nos da fuerzas para enfrentarnos a los gigantes.

    Y como a Drama Queen le había pasado algo similar, decidió dejar a Dulcineo a un lado y centrarse en algún Sancho (sin Panza, a ser posible). Sancho fue siempre fiel a Don Quijote y estuvo siempre con él, a su lado, sin importarle sus locuras. Es más, eran precisamente las locuras de Don Quijote lo que le atraía y lo que le hacía quedarse a su lado.

    Y no tengo nada más que añadir… Espero que la metáfora quede clara.

 

 
 
 
Déjame esta noche soñar contigo. Déjame imaginarme en tus labios los míos. Déjame que me crea que te vuelvo loco. Déjame que yo sea quien te quite la ropa. Déjame que mis manos rocen las tuyas. Déjame que te tome por la cintura. Déjame que te te espere, aunque no vuelvas. Déjame que te deje tenerme pena... Déjame presumir de ti un poquito... Déjame que te coma sólo con los ojos. Con lo que me provocas, yo me conformo... ¡Qué bonito seria jugarse la vida, probar tu veneno!... Déjame esta noche soñar, soñar contigo...



 

martes, 2 de noviembre de 2010

39. Casualidades

    Aquella fría mañana de principios de noviembre lloró. Su antiguo móvil se cayó al suelo y dejó de funcionar. Le habría dado igual de no ser porque aún conservaba SUS mensajes. Aquellos mensajes tan tiernos que él le había mandado. Aquellos mensajes que eran la prueba de que le había dicho cosas que dejaron de ser verdad de un día para otro. Pensó incluso que, en realidad, nunca fueron verdad. Tras unos desesperantes minutos en los que, llorando, intentó devolver a la vida a su antiguo móvil, tiró la toalla. No había nada que hacer. En realidad, ya no leía aquellos mensajes, pero ahí estaban, por si alguna vez le apetecía recordar todas sus mentiras.

    Y entonces recordó "500 días juntos", la película que había visto aquel fin de semana. Primero, le vinieron a la cabeza todos los paralelismos que tenía su vida con aquella película. Siempre los puñeteros paralelismos con las películas. En este caso, sin embargo, se sentía identificada con el protagonista masculino. Tanto a ella como al personaje  de aquella película les ocultaron la verdadera razón de los cambios de actitud, que en ambos casos era la misma: había otra persona. A los dos les habían dicho aquello de 'nada serio' y ambos habían aceptado aquellas condiciones.  A ambos los cambiaron por otras personas y acabaron teniendo algo serio. Sí, aquellos que no querían atarse, acabaron atados y bien atados a otras personas. 'Odio a la gente poco coherente con sus palabras', pensó.

    Sin embargo, aquella película también le dio que pensar. Al final de la película (y sin ánimo de ser ninguna spoiler), nombran a las CASUALIDADES. Y echó la vista atrás. Todas las personas que habían pasado por su vida lo habían hecho por casualidad. Si hubiese nacido en otra ciudad, probablemente aquellos primeros escarceos hubieran sido con otros chicos. Si no hubiese decidido estudiar aquella carrera, no habría conocido a aquel otro. Si no hubiese decidido pasar aquel año en Londres, aquellas historias pasajeras no habrían ocurrido. Si no le hubiese gustado el carnaval, no habría conocido a otros tantos. Y, en consecuencia, no habría ido a Cádiz aquel febrero y no lo habría conocido a él. Todo eran casualidades. Puede que algunos lo llamen destino. Pero ella no creía en eso, y aquella palabra "casualidad" reflejaba más lo que ella sentía. Por eso, también pensó que el hecho de que aquella mañana su antiguo móvil se precipitara al suelo, no fue más que otra casualidad. Tenía que olvidar de verdad, y, ¿qué mejor manera que haciendo desaparecer lo bonito que quedaba de todo aquello? Así, sólo recordaría lo feo, las mentiras, el hecho de que él ahora le decía a otra lo que una vez le escribió a ella...

    También era casualidad haber conocido a aquel otro chico poco antes del momento fatídico en el que le jodieron aquel verano. No tenían por qué haberse conocido allí. Y, sin embargo, se conocieron. Fue casualidad reencontrarse. De aquella manera, pero reencontrarse al fin y al cabo. Casualidad era tener amigos en común sin saberlo. Y casualidad era que aquel maldito móvil se rompiera aquella mañana, en aquella época en la que tenía a este nuevo "él" todo el día en la cabeza. Éso sólo podía significar una cosa: 'olvida lo que te hizo daño y céntrate en lo que parece que se avecina. Puede que te haga daño igualmente. Pero no sería más que otra casualidad..." 







Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un "güisqui" on the rocks... De pronto me vi como un perro de nadie... Me dejó un neceser con agravios, la miel en los labios y escarcha en el pelo. Tenían razón mis amantes en eso de que antes la mala era yo. Con una excepción: esta vez, yo quería quererlo querer y él no. Así que se fue. Me dejó el corazónen los huesos... Derrochando la bolsa y la vida, lo fuí, poco a poco, dando por perdido... Dijo "hola" y "adiós". Y el portazo sonó como un signo de interrogación... Porque ya no le importa... Me abandonó como se abandonan los zapatos viejos... Tardé en aprender a olvidarlo diecinueve días y quinientas noches.

domingo, 24 de octubre de 2010

38. Le fabuleux destin d'une Drama Queen"

"Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain" era una de sus películas favoritas. Desde hacía poco más de un mes, además, llevaba un peinado que la gente aseguraba era muy parisino, al más puro estilo Amélie. Y le encantaba que hubiera tantas "coincidencias" o paralelismos.

Nuestra Drama Queen es mucho más egoísta que Amélie. Hasta ahí estamos todos de acuerdo. Ella siempre hacía suyas unas palabras que leyó una vez en algo escrito por Carmen Posadas y que decían así: "egoísta es todo aquel que no piensa en mí". Pero aún así, dejándo su egoísmo aparte, se vio enormemente identificada con Amélie. Ambas estaban dejando a un lado su propia felicidad para conseguir la de otros. En el caso que nos concierne (o no), el de nuestra Drama Queen, era en cierto modo algo voluntario. Le había cogido miedo a todo aquello. Ahora, le tenía miedo al tonteo, al cosquilleo en el estómago, a cualquier palabra bonita... Palabras bonitas escuchadas con anterioridad y que se quedaron en eso: palabras. Había decidido centrarse en los tonteos, cosquilleos y palabras bonitas de los demás. Estaba bien así. No necesitaba todo eso...

O eso se decía a ella misma... Se negaba a pensar que había vuelto a tontear. Se negaba a aceptar aquel cosquilleo que le removía el estómago, como si estuviera lleno de mariposas. Se negaba a escuchar o leer las palabras bonitas que le decían... Hacía oídos sordos, e incluso ojos ciegos, a todas las señales que indicaban que ahí estaba de nuevo... Le asustaba la evidencia de que alguien venía dispuesto a usurpar el sitio que él había dejado vacío.

Y por eso corrió a su habitación y rebuscó en la estantería hasta que encontró uno de sus DVDs más preciados. Efectivamente. "Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain". Igual de veloz, volvió al salón. Introdujo el CD en la ranura... Y Yann Tiersen comenzó a sonar... Esa banda sonora conseguía saltarle las lágrimas siempre. Y lo mejor, era que desconocía el porqué. No lloraba de pena, ni de alegría. Simplemente, esa música le provocaba eso. Eso, y todo el vello de punta.

Comprendió que su alter ego francés le estaba mandando una señal: No hay que tener miedo a ser feliz. Cuando algo llama a la puerta, hay que abrir. Y darlo todo. Y si sale mal, con abrir la puerta de nuevo para que se vaya por donde ha venido, es suficiente. Un nuevo Nino Quincampoix llamaba a su puerta. No estaba en Montmartre, pero cerraba los ojos, pensaba en el nuevo "él" y sonaba el vals de la película. No podía ser mala señal... Y decidió dejar la puerta entornada, para que él entrara despacito, y acariciara la cortina de cuentas de la cocina, haciéndola sonar, mientras ella preparaba un bizcocho observada por su gato, como en la pelicula...

    Decidió también que valdría la pena volver a París, sólo para tomarse un café en el Deux Moulins, o pasear en motocicleta y sin casco por Montmartre. Y que se casaría con aquel que consiguiera hacerla feliz tan sólo con eso... Porque ella también se merecía un fabuleux destin...





Sans toi, les émotions d'aujourd hui ne seraient que la peau morte des émotions d'autrefois







Vous au moins, vous ne risquez pas d'être un légume, puisque même un artichaut a du cœur.....

jueves, 7 de octubre de 2010

37. Idas, venidas, el mar y Cádiz de mi vida

    Llegó a la conclusión de que ya estaba todo superado. El problema estaba en que músicos y autores de todo el mundo se empeñaban en recordarle cosas. Empezaba a sospechar que todo era parte de un plan... Alguien quería que este blog existiera... De modo, que ya no se trataba de contar sus penas (o de hacer que alguien las contara por ella... -¡¡uy, casi me descubro!!-), sino de ofrecer lectura a sus seguidores que, aunque no muchos, por lo menos eran fieles.

    Atrás quedaban los días en los que los recuerdos venían acompañados de lágrimas. Atrás habían quedado también todos esos besos, todas esas miradas y palabras de afecto. ¿Qué aprendió de todo ésto? Que la vida es un ir dejando atrás unas cosas y otras continuo. Pero ésto no es malo. En absoluto. En la vida hay que dejar muchas cosas atrás. Buenas y malas. Pero se quedan atrás para dejarle sitio a otras que vendrán. Buenas y malas igualmente. No podemos acumular vivencias de esa manera. Lo que queda es el residuo. El residuo de lo bueno y de lo malo que tuvimos un día y que rechazamos en cierta manera para dejar paso a lo nuevo. De modo que otros besos vienen, otros besos van... Como todo en esta vida...

     Simplemente, le dolían las mentiras, las (llamémosle) promesas que ambos se habían hecho y que ahora quedaban rotas.

    Aquella fresca noche de principios de octubre, volvió a escuchar un pasodoble de carnaval, chirigotero, que hizo que a sus ojos asomaran un par de lagrimillas. Pero sólo se asomaban a mirar a aquellos chirigoteros. Luego, volvieron a su sitio. No lloró por aquellos recuerdos (que ahí estaban el tiempo que duró el pasodoble, no lo neguemos), sino porque tenía ganas de que llegara febrero... ¡¡Ni siquiera era su pasodoble favorito!! Después, se paró a pensar... Y todo volvía a empezar... Febrero... Cádiz... Carnaval... Y sólo pudo pensar: 'Tú te lo pierdes, chaval'.





Perdónenme, señores, que me emocione... Nunca podré olvidarte... Gracias por enseñarme tantas cosillas que no sabía... Cerca del Guadalquivir... Y al escuchar un tanguillo... Tierra bendita. Quiero cantar despacito... Resucita cada febrero. Dicen... que llora la playa besos que callan y no se olvidan. Del astillero al Falla corre un murmullo pa'l Mentidero... suenan coplillas de amores nuevos. Cádiz de mis entrañas, faro del marinero, luz que se mete en el alma...





Una noche de buen vino y de mejor compañia, anduvimos por la calle hasta aplastarnos el día... vi el paraíso en su boca...El mundo ajeno a lo nuestro iba a su velocidad, mientras que él y yo, anudados, nos prometimos el mar... Y me he pasado las horas... sólo por verlo pasar, aguantando las tormentas... Ya no lo volví a ver más... Uno y una no son dos, uno y una es lo que es. Y un día yo tomé mi senda y él la suya también. Y si el destino quisiera hacer con las dos un lazo, me agarraré a su cintura y haré un nodo con mis brazos, porque una noche sin luna nos prometimos el mar. La vida son 4 días y yo por el tercero voy. Y ese día que me queda lo soñé para los dos. Pero si por una de estas él no vuelve a pasar, recordaré que... nos prometimos el mar. Nos prometimos el mar, lleno de vida y de sal. Llenamos el corazón... Él es el mismo traidor... Nos prometimos el mar...

lunes, 4 de octubre de 2010

36. Lady Epic

    En realidad no sabría decir si estaba bien o mal. Superando el complejo de Bridget Jones, al menos...

    Habían vuelto a hablar, siempre empezando la conversación él. Estaba contenta. Sin embargo, en el transcurso de los días, las redes sociales volvieron a hacer de las suyas... Los tortolitos se dejaban mensajes... qué tierno, ¿verdad? Ésto la llevó a recordar cuando él le decía que nada de comentarios comprometedores, que no quería que la otra los viera. Y nuestra Drama Queen cumplió... Ahora se preguntaba por qué la censura no funcionaba igual a la inversa y se tenía que tragar esos comentarios que se dejaban, esas fotos juntos... '¿Qué pasa? ¿Que ella es más sensible que yo? ¿Te importa que ella sufra y no quieres que eso ocurra y te importa una mierda lo que sienta yo?'.

    Además, el secretismo que mantenían, además de alimentar un poco cierto morbo, en caso de romperlo, podría llegar a convertirla en una especie de Helena de Troya. En el caso troyano-griego, una mujer fue capaz de provocar una guerra por su culpa. En su caso, podría haber enfrentado a dos amigos. O conocidos... Da igual. Ahora, lo pensaba retrospectivamente y se auto-proclamaba gilipollas del año por no haber roto ese voto de silencio y haber gritado a los cuatro vientos que era feliz. Habría ardido Troya, pero a ella que le quiten lo bailao. Sin embargo, por haberse callado, acabó sintiéndose como Menelao, el marido de Helena. Ésta lo deja por Paris... Tanto Menelao como nuestra protagonista habían sido, digamos humillados, cada uno en su hábitat, época y circunstancias. Pero las ganas de pegar, de romper cosas y, ¿por qué no? de provocar una guerra eran compartidas. Su orgullo era su talón de Aquiles, y se lo habían destrozado.

    Al contrario de lo que pueda parecer, no había vuelto a recaer. Pero, hablando mal y pronto, hay cosas que joden y punto.




...I'm like 'Fuck you!'... 'And fuck her too!'... And although there's pain in my chest, I still wish you the best... I pity the fool that falls in love with you... Now baby... why did you wanna wanna hurt me so bad?

lunes, 27 de septiembre de 2010

35. Drama Jones

    Por fin llegó el día de su cumpleaños. Se había pasado el fin de semana entero encerrada en su casa. Sus amigos se preocupaban... Todos sabían que era un poco Drama Queen, pero parecía que se le estaba yendo de las manos. Sin embargo, en realidad no deberían preocuparse. Se trataba de un simple y sencillo complejo de Bridget Jones.

    En primer lugar, la cercanía de su cumpleaños le hizo sentirse vieja. A punto de cumplir los 25 aún no había terminado la carrera. Sólo le quedaba una asignatura, pero ya se le estaba haciendo pesado. Ser la más vieja de la facultad tampoco le hacía especial gracia. Además, había comprobado que la mayoría de sus amistades ya habían terminado sus estudios, estaban trabajando, buscando trabajo, haciendo másters... Y ella seguía enclaustrada en una carrera que se le estaba haciendo más larga que un día sin pan.

    En segundo lugar, algunas de estas amistades estaban conviviendo con pareja, casadas, con hijos... Y eso le hacía plantearse si estaba perdiendo el tiempo. No se agobiaba. Simplemente recapacitaba sobre la edad que tenía y en qué punto estaba. Y éso era lo que la agobiaba.

    En tercer lugar, el verano había causado estragos en su físico. Nada alarmante, pero encontraba sus curvas algo más pronunciadas de lo normal...

    En definitiva: se veía como una (prematura) Bridget Jones. Y le parecía de lo más deprimente...






When I was young I never needed anyone, and making love was just for fun. Those days are gone... Sometimes I feel so insecure... All by myself...

miércoles, 22 de septiembre de 2010

34. What I did

    De repente llegó el otoño, sin avisar. Y con la lluvia y el viento, parece que llegaron las buenas vibraciones y los buenos pensamientos. Atrás quedaba toda la pena vivida aquel verano. Pero atrás quedaba también todo lo bonito vivido en primavera. Ella sólo deseaba tener la misma suerte que él, encontrar a alguien que la hiciera olvidar rápidamente todo lo vivido. Sí. Pensaba ésto de verdad. Pero en el fondo sabía que no se arrepentía (ni se iba a arrepentir de momento) de todo lo ocurrido. Y lo decía ahora, que ya se había cansado de llorar. Pensaba que había algo más especial de lo que resultó ser al final, pero era como si ambos supieran desde el principio que aquello no podía ser. Exprimieron al máximo lo poco que pudieron disfrutarse. Y eso es lo que acabó escociendo al final. No. No quería olvidar lo ocurrido. Y tampoco quería que él lo olvidara. Nunca. Hicieron lo que tenían que hacer en el momento en el que lo tenían que hacer. Se acabó. Ni olvidará ni se arrepentirá...




Kiss today goodbye, the sweetness and the sorrow. Wish me luck, the same to you. But I can't regret what I did... Look, my eyes are dry. The gift was ours to borrow. It's as if we always knew. And I won't forget what I did... Point me toward tomorrow. We did what we had to do. Won't forget, can't regret what I did...

martes, 21 de septiembre de 2010

33. Cama vacía

    Sería ridículo decir que llevaba toda la vida buscando a esa persona especial, porque toda la vida es demasiado. Pero digamos que sí era verdad que por lo menos desde la adolescencia. A punto de cumplir los veinticinco, llegó a la conclusión de que aquello era demasiado complicado. Nadie te avisa antes de embarcarte en esa búsqueda. Y una vez que empiezas, ya no puedes volver atrás. Y ya que es así, por lo menos podíamos venir provistos de un manual de uso. Con los años había fracasado tanto en estos intentos que dejó de buscar a su príncipe azul (vaya que destiña)... ¡¡Con la de colores neutros que hay!! (Walt Disney, le culpamos a usted de todo)

    Se juró que nunca más se fijaría en el típico niño mono con cara de no haber roto un plato en la vida... Había comprobado que eran los peores... Y sobre todo, se los buscaría mucho mayores que ella. Ah, no, que también le habían salido rana... Se estaba empezando a agobiar... ¿Es que ninguno valía la pena o qué?

    Pero cuando se paró a pensar sobre su situación, se dio cuenta de que, a pesar de los malos ratos vividos aquel verano, estaba muy a gusto, muy tranquila en ese terreno... A veces, mejor sola que mal acompañada. Y pensó que quería estar así, durante un tiempo indefinido.









Siempre estuve en busca del amor, ese complejo sentimiento que vivimos por momentos. Poco a poco ya te haces mayor, van fracasando los intentos, dejas de creer en cuentos... Eres joven, llamas la atención. Luego aprendes con el tiempo que sólo importa lo de dentro. No sé si se me pasó el arroz... Tengo la cama vacía de sentimientos, y no las pienso llenar por el momento. Tengo un millón de manías... y ya no pienso cambiar por ti.

lunes, 13 de septiembre de 2010

32. I love the way you lie...

    No sabía decirle qué era lo que sentía. Sólo la sensación que le provocaba en el estómago, que era sólo rabia. Rabia depositada durante esos meses y que había ido llegando allí, a su estómago, poco a poco. A veces era como si le costara respirar. Se dieron tanto y ahora tenían tan poco... O mejor dicho, ella ya tenía "tan poco" y el ya tenía nada... 'Esto es de locos... En la vida me habían hecho sentir así de mal', pensó aquella mañana de septiembre en la que permaneció en la cama hasta la hora de comer.

    Él le había prometido que nunca le haría daño y que odiaba a todo aquel que lo había hecho con anterioridad. Se ve que su forma de pensar cambiaba con el viento o algo así. 'Porque si no, que alguien me explique esto, porque no lo entiendo', se dijo.

    Quizá esto era lo mejor... Ya había distancia física, así que esta distancia... llamémosle emocional, no debería de ser muy diferente. Pero tenía tan recientes aquellos momentos que le parecía que había sido ayer. Sin embargo, ayer se acabó. Por muy raro que le pareciera o se le hiciera todo.

    Pensó que ojalá la vida fuera como un juego, de esos en los que vas guardando la partida y que en el momento en el que aparecen las palabras Game Over en la pantalla, fácilmente vuelves a lo grabado y haces las cosas mejor. A veces, la vida parece uno de esos juegos, pero de esos en los que te acaban diciendo Insert Coin. Llega un momento en el que una se queda sin monedas, no puede más y deja el juego sin terminar.

    Otra vez le había mentido... Y aquel pensamiento sólo conseguía aumentar esa rabia contenida. Era la gota que había colmado el vaso. Ya no podía más. Ella había sido sincera (quizá de más) con él... Así que le quedó el consuelo de haberle aportado aunque sea eso de cara al futuro. 'Mentir y engañar a la gente está muy feo, ¿sabes, guapo?'. Ella se había cansado de ese juego, esa especie de pilla-pilla en el que siempre le tocaba quedársela a ella... Y nunca lo pillaba...

    Sin embargo, parecía que le encantaba esa sensación, esa manera de mentir tan suya y ese hacerle daño con todo lo que hacia y dejaba de hacer. Si no, este blog no tendría sentido...






I can't tell you what it really is. I can only tell you what it feels like... I can't breathe but I still fight all I can fight... High off on love, drunk from my hate... It's so insane... You swore you'd never do nothing to hurt me... So they say it's best to go your separate ways... Yesterday is over and it's a different day. Sound like broken records playing over... You don't get another chance. Life is no Nintendo game, but you lied again... Now I know we said things, did things that we didn't mean... When it comes to love you're just as blinded... Don't you hear sincerity in my voice when I talk?... I'm tired of the games... Just gonna stand there and watch me burn. Well, that's alright because I like the way it hurts. Just gonna stand there and hear my cry. Well, that's alright because I love the way you lie.

viernes, 10 de septiembre de 2010

31. Probablemente ya...

    Sin saber por qué, lo volvió a creer... Pero como tonta del todo no era, se dijo que ya valía... 'No quiere saber nada de ti, bonita. Le das exactamente igual', sonó una voz interior que le decía verdades como puños. Era como si tuviera dos voces interiores, como el ángel y el demonio que salen en las películas... En su caso, el ángel le decía que en el fondo él era bueno, que era como la imagen que le había pintado al principio, 'pero que un fallo lo tiene cualquiera... Pobre... También lo habrá pasado mal, digo yo...'. Mientras que el demonio le venía a decir cosas como 'Es como la imagen de capullo que te pintó al final... No lo ha pasado mal... ¿De verdad crees que lo ha pasado mal teniendo donde elegir? ¿Que lo habrá pasado mal evitando verte llorar mientras te contaba que la elegía a ella? Despierta de una vez'. Y eso fue lo que hizo. Despertar. Despertar de ese letargo que la había tenido atontada y engañada todo el verano. Despertar, abrir los ojos y ver las posibilidades que tenía frente a sus ojos y que había dejado pasar. Menos mal que algunas de esas oportunidades no habían terminado de pasar del todo. Y si seguían ahí, igual era por algo...

    El demonio también le decía que tenía que haber previsto esto. 'Con lo lista que eres para unas cosas... y lo tonta que eres para otras... Si se le veía venir... Todo no puede ser tan estupendo de primeras... Es mejor que bajes de la nube ya. Esa nube a la que nunca tenías que haber subido, por mucho que él te diera pie. Baja. Porque seguro que él no se acuerda de ti, ni piensa en ti ni un segundo al día. Nada va a volver a ser igual, por mucho que el "no quiera perderte como amiga". Pamplinas'. Miró al ángel apoyado en su otro hombro, para escuchar su opinión. Necesitaba escuchar un 'no, mujer... seguro que si que lo ha pasado mal el pobre... seguro...'. Pero el ángel asintió a las palabras del demonio...





Se me acabó la fuerza... voy a dejarte el mundo para ti solito. Como al caballo blanco le solté la rienda, a ti también te suelto y te me vas ahorita... Cuando se quiere a fuerza rebasar la meta y se abandona todo lo que se ha tenido. Como tú traes el alma con la rienda suelta, a ti también te suelto y te me vas ahorita. Y cuando al fin comprendas que el amor bonito lo tenías conmigo, vas a extrañar mis besos en los propios brazos de quien esté contigo. Vas a sentir que lloras sin poder siquiera derramar tu llanto. Y has de querer mirarte en mis ojos tristes que quisiste tanto... y que quieres tanto...



Probablemente ya de mí te te has olvidado, y sin embargo yo te seguiré esperando. No me he querido ir para ver si algún día que tú quieras volver me encuentres todavía... Probablemente estoy pidiendo demasiado... Que nunca volverás, que nunca me quisiste, se me olvidó otra vez... Por eso aún estoy en el lugar de siempre, en la misma ciudad y con la misma gente. Para que tú al volver no encuentres nada extraño y sea como ayer...

sábado, 4 de septiembre de 2010

30. Paso 10: Sufrir, c'est fini

    Finalmente se encontró en el ansiado paso diez. Pero llegó a la conclusión de que no era el olvido lo que destacaba en esta fase, sino la aceptación de la situación. El haber pasado por cada uno de los pasos anteriores había sido fundamental. Pero una conversación con él, la primera en todo este tiempo, fue lo que la hizo llegar a este paso número diez.

    Le pareció increíble cómo, tras momentos de soltar alguna lagrimita, terminó riendo con él. Todo volvía a ser como antes, pero sin lo más bonito de su amistad. Comprendió que si hay amistad, aunque haya habido algún roce (en el buen sentido de la palabra), cuando eso que se ha tenido se acaba, puede seguir quedando ese residuo -positivo- de ella.

    Había cosas en las que no terminarían de ponerse de acuerdo. En todo ésto, la versión del chico, la suya y la verdad convivían... Pero ¿qué más da? En un principio ella quiso hacerle saber lo mal que se sentía, pero lo único que hizo esto fue entristecerla más de lo que en realidad habría estado si hubiera aceptado las cosas desde el principio. Estos pensamientos la habían llevado a llorar más de lo que ella realmente quería. Es cierto que la historia la había afectado considerablemente, pero no más que otras ya vividas. La archivó junto con estas otras y perdonó. Había estado demasiado ocupada pagando su enfado con quien no lo merecía. Ya estaba bien también. Nadie tenía la culpa de nada. Ni siquiera él.

    Tenía tantas cosas que decirle... Todas en su cabeza... Pero se conocían tan bien a pesar de todo, que llegó a la conclusión de que él ya las sabía. Y se las guardó para ella. Olvidar lo vivido era quizá la solución, aunque no estaba segura de querer hacerlo realmente.

    El caso es que la conversación fluyó tan natural como siempre. Y eso fue lo que la hizo llorar... Le daba pena pensar en tanta química desperdiciada... Seguía sin parecerle justo, pero sólo podía aceptarlo. Luego pensó que ese mes que habían estado sin hablarse fue una pena... Sin embargo, le sirvió de tiempo de reflexión para llegar a todas estas conclusiones. Y, en el fondo, estaba contenta.

    Sintió incluso que tenía que agradecerle muchas cosas... Cosas que habían pasado en febrero, en marzo... y sobre todo en abril... Pero con mayo, casi junio, él le quitó todas esas cosas. De golpe, sin avisar... Ahora no sabía si agradecérselo o seguir esquivando todos esos recuerdos...




    "Shame" - Robbie Williams & Gary Barlow


Well, there’s three versions of this story: mine, yours and then, the truth... Out of some sentimental gain, I wanted you to feel my pain, but it came back return to sender. I read your mind and tried to call, my tears could fill the Albert Hall... I wrote a letter in my mind, but the words were so unkind, about a man I can’t remember. I don’t recall the reasons why, I must have meant them at the time. Is this the sound of sweet surrender? Words come easy, when they’re true... What a shame we never listened... And all that went away was the price we paid... Oh, what a shame!





Gracias... por arañarme el corazón, por ser así, como tú eres. Gracias... por inventar ese sabor... Gracias por los consejos que me das, por olvidarme si te vas, por no quererme un poco más. Gracias por esas cosas que no se pueden contar... Gracias ... por derretirte si me ves, por alargar ese momento. Gracias por asumir ese papel. Ya no sabíamos qué hacer, pero te fuiste justo a tiempo. Gracias... por el cariño, la paciencia, cuando todo iba mal. Gracias por esas cosas que no se deben contar... Ya no seré lo que fui para ti una vez, pero puedes contar conmigo. Aprendí a sufrir, aprendí a reírme de mí. Me reconstruí... Aprendí a sentir. También a pasarlo bien sin ti. Y me levanté cada vez que tropecé y caí. Tuve que alejarme de ti. Tuve que aprender a ser sin ti...

martes, 31 de agosto de 2010

29. Paso 9: Recapacitar

    No le gustaba verse como una rencorosa. 'Seguramente yo habría hecho lo mismo. Aunque de otra forma. Justa. En su momento. Cara a cara. O al menos por teléfono. Sin egoísmos. Capullo'. Se le llenaba la boca cada vez que decía 'capullo'. Le hacía sentir mejor el llamar a las cosas por su nombre.

    Estaba cansada de hablar de los hombres como el enemigo. Pero no iba a dejar de hacerlo. El hombre era el enemigo. Por lo menos hasta que apareciera aquel que le hiciera cambiar de opinión y se demostrara lo contrario.

    Tampoco le gustaba verse con el autoestima por los suelos. 'Venga, que eso es un bajón de líbido para ellos', se dijo. Volvía a verse como la mujer femenina y sensual que era (y si no lo era, por favor, dejadla seguir viviendo en el engaño, que está casi por superar esta historia).

    Cada mañana, antes de salir a la calle, se "auto-decía" piropos y palabras bonitas para levantar su ánimo. Tanto, que se lo creía de verdad. Se encantaba de nuevo. Y lo mejor, es que no era ella sola la que se lo decía. Comenzaba a verse como la femme fatale que quería ser.





Birds flying high... Sun in the sky... Breeze driftin' on by... River running free... Blossom on a tree... Dragonfly out in the sun. You know what I mean, don't you know? Butterflies all havin' fun. You know what I mean. Sleep in peace when day is done, that's what I mean. And this old world is a new world and a bold world for me... You know how I feel... Stars when you shine... Scent of the pine... Oh, freedom is mine, and I know how I feel. It's a new dawn, it's a new day, it's a new life for me. And I'm feeling good.

28. Paso 8: Steady... Ready... Go!

  "Comprendes que mejor sola que mal acompañada", leyó. Nunca antes un artículo había reflejado su situación tan claramente.

    - Si ésto acabó... Será por algo - le dijo a una de sus inseparables.
    - Sí. Y te voy a decir por qué. - contestó su amiga, justo antes de darle un sorbo a su café con hielo y añadir - Porque es un capullo. Como todos los tíos en los que pones los ojos. Tú te mereces un Richard Gere en "Oficial y Caballero", no un Hugh Grant en "El Diario de Bridget Jones".

    De vuelta a casa, pensó en aquella sentencia de su amiga. ¡Cuánta razón llevaba! Pero sus pensamientos la llevaron más allá: en poco menos de un mes, cumpliría 25 años. Sí, joven. Pero la sombra de los 30 comenzaba a acechar. No pudo evitar compararse con Bridget Jones y no le gustó la imagen. '¿Qué pasa? ¿Te vas a deprimir ahora por eso? El caso - pensó - es ser una Drama Queen. El porqué es lo de menos'.




There was a girl I knew who always wanted to be the one to stand out from the crowd. Always believed that she was gonna live her dreams... For all the doubters, non-believers, the cynicals that once were dreamers, one of these days you'll open up your eyes and you'll realize... Armed with an attitude that she knows how to use, she's gonna get there any way she can. Now she knows what she wants, no one is gonna stop her, nothing's ever gonna hold her down... Life is a work of art, you gotta paint it colorful. Can make it anything you want, don't have to stick to any rules. You don't need a high IQ to succeed in what you do. You just gotta have no doubt just believe in yourself. That girl was a one time teenage drama queen, a hot, tough everyday wannabee. But she'll have changed her destiny, now she's a somebody. That girl was a wild child dreamer but she found herself. 'Cause she believes in nothin' else. And you'll look back and you won't believe that girl was me.

27. Paso 7: She's back

    A lo mejor era por tanto que había llorado, pero ya no le apetecía seguir haciéndolo. Al menos por eso. Volvía a maquillarse con ganas, sin aburrimiento, con esmero. Se miraba al espejo y se gustaba. Y los demás lo notaban.

    En cuanto dejó a un lado la pena y la falta de confianza en sí misma, se vio rodeada de nuevas oportunidades. Y ahora, además, estaba con el modo "femme fatale" on... Pensó que aquel fin de verano podía ser muy interesante. Hacía tiempo que no se sentía tan fuerte y poderosa...




Cuando sientes frío en la mirada, cuando alguien a roto tu sonrisa de cristal... Es hora de empezar a andar, se acabaron las lágrimas... Siente las espinas que se clavan, pinchando bien adentro, donde duele más... De nada vale ya llorar. Se acabaron las lágrimas. Sientes que ya no hay marcha atrás... Escapa, que la vida se acaba, que los sueños se gastan, los minutos se marchan. Salta, que la calma te abraza, los momentos se pasan y se te muere el alma.

26. Paso 6: Penélope

    Poco a poco fue aceptando la situación, aceptando el presente, lo que hay y lo que tiene. Se había dado cuenta de que llevaba un  mes y pico como Penélope, la mujer de Ulises, que en su ausencia bordaba un tapiz, el cual, al ser concluído, marcaría el momento en el que Penélope olvidaría a Ulises y se decidiría por alguno de sus pretendientes. Sin embargo, Penélope, enamorada hasta la médula de su marido, cada noche deshacía lo bordado, para no acabarlo nunca. Tanto deshacer, tanto deshacer, a Ulises le da tiempo a volver. Felicidad. Fin.

    En su caso, llevaba un mes deshaciendo bordados. Estos bordados eran como una especie de mentiras que ella misma iba creando en su mente. Evitar la realidad significaba no tener que enfrentarse a ella y por lo tanto, no llorar. Pero tanto bordar para nada le empezaba a resultar aburrido. 'Mira, o lo terminas o lo deshaces definitivamente y a tomar por culo el tapiz', se dijo. Y como no le gustaba la costura, lo dejó tal cual estaba. Había pensado contarle que aún esperaba terminar esa conversación que ÉL mismo le dijo que acabarían (cual tapiz), aquella en la que él se defendería de todo lo que ella le había dicho y que él consideraba que no era verdad. Pero habían pasado semanas... Y él no se pronunciaba. Así que, mientras no se demuestre lo contrario, él es un capullo y ella un juguete usado. Y si alguien no está de acuerdo, que hable ahora o que calle para siempre.

    Impactaba tanto amor propio en un cuerpo tan pequeño como el suyo. Decidió que si él no tiene el valor de ir con la verdad por delante, ella no tenía por qué arrastrarse. 'Tú te lo pierdes, chaval'. Vale, a lo mejor se puso más chula de la cuenta. Pero es que había decidido salir del victimismo. Por fin.






Tengo que decirte que mi vida es muy triste, que va a ser como imposible que me olvide de que existes. Tengo que decirte que el día en que te fuiste se encendieron las farolas que alumbraban el camino para que pudieras volver.... Tengo que decirte que a la luz de la candela intento arañar la niebla que no deja que te vea... Un minuto me hace falta. Luego me voy para siempre.Sólo quiero decirte adiós.... Y, por si acaso, que sepas, que aquí siempre tienes un sitio. Adiós... Y aunque no te lo creas, sin ti nada será lo mismo. Sólo quiero decirte adiós. Adiós.

lunes, 30 de agosto de 2010

25. Paso 5: Cambios

     Desde que el hombre es hombre, ha sido aficionado a los rituales. Y si los rituales existen desde hace millones de años, por algo será.

    Ella empezó por pequeños detalles, como borrar sus fotos. Le costaría dar el paso de borrar sus sms. Y ni hablemos de hacerlo desaparecer de sus listas de amigos en las -malditas- redes sociales. A lo mejor no había que llegar a tanto. Pero era recomendable. Sin embargo, borrar sus fotos resultó ser un ritual bastante positivo. Le sirvió para darse cuenta de que podía prescindir de ellas, que eran como parte de él y que además ocupaban un lugar innecesario en su disco duro (de todas formas, ¿acaso no sirven las redes sociales para compartir fotos, entre otras cosas? Bastante tenía con verlo por aquellos lares como para encima toparse con él cada vez que abría aquella maldita carpeta de archivos recibidos). Además, seguro que él ya había borrado las fotos que ella, bajo su insistente petición, le había mandado. Y no precisamente hace poco tiempo. Seguro. No vaya a ser que ya-sabéis-quién las viera.

    Los gestos simbólicos y los rituales nos ayudan a pasar etapas. Y eso es lo que a ella le hacía falta Tenía que centrarse en sus exámenes, que estaban a la vuelta de la esquina. Se paró a pensar un momento, y comprobó que era raro el febrero, el junio o el septiembre que no le costaba estudiar por casos similares. '¿Qué pasa? ¿Está el género masculino en mi contra, maquinando algo, una conspiración, complot o algo por el estilo?'. No, bonita, no. Lo que pasa es que tienes muy mal ojo. Fin.

    Sin embargo, era incapaz de deshacerse de una canción que él le había mandado. Según le había dicho, la escuchaba y se acordaba de ella. De los momentos que habían pasado juntos. Que la echaba de menos... Ella, ilusa, lo creyó, ilusionada... Y ahora, tras el desengaño, prefería seguir escuchando aquellas mentiras que él le decía, puestas en boca de Marina Heredia, su cantaora flamenca favorita, pero que al fin y al cabo, eran las mismas palabras qué el le decía y que hacían que ella se derritiera, creyendo todas y cada una de ellas.





Qué ganas tenía de verte. Cuánto tiempo sin saber nada de tí. Cuántos deseos, cuántos recuerdos se acumularon en mi alma, y yo sin ti. Cuánta distancia había entre nosotros dos, estando tan cerquita el uno del otro. Y ahora me pregunto qué nos ha pasado... No me lo creo... ¿Cómo he podido estar sin verte tanto tiempo?... Necesitaba oir tu voz cerca de mí. Necesitaba sentirte cerca, tocar tus manos y volver a ser feliz. He sido una tonta, sabiendo que estabas ahí, pero el orgullo nunca me dejo llamarte... Tú no te imaginas lo que estoy viviendo... Yo no me lo creo...

24. Paso 4: Explosión

    "Cualquier canción de amor o situación con una carga emocional te desborda", seguía diciendo Paloma Corredor en su artículo. Es llegada a este punto cuando una puede empezar a hablar del tema. Así que, cogió el teléfono y se lo contó a sus amigos. Hubo reacciones de todo tipo: "¿Qué dices? ¡Si parecía que se le iba la vida contigo!", "¿Ves? ¡Te lo dije! ¡Había otra de por medio!", "No, si es que, en el fondo, son tooooodos iguales", "¡Qué mala suerte tienes! ¡Qué mal ojo!"... Pero fue una de las reacciones la que más le hizo pensar: la de un amigo suyo que siempre aparecía en el momento preciso, sin ser llamado. Como Batman. "No te fíes de ninguno. Somos todos unos mentirosos. Y el que te lo pinte todo de maravilla desde el principio, ese es el peor de todos".

    Estas conversaciones le habían dado lo que necesitaba: apoyo, pero sin ser juzgada.

    Y fue aquella frase la que le martilleó la cabeza durante algunos días. "Somos todos unos mentirosos". Sí. Lo sois.






Once upon a time... when I caught your eye, we caught onto something. I hold onto the night, you looked me in the eye and told me you loved me. Were you just kidding? 'Cause it seems to me, this thing is breaking down. We almost never speak, I don't feel welcome anymore. Baby what happened? Please, tell me. 'Cause one second it was perfect, now you're halfway out the door... Was I out of line? Did I say something way too honest? Made you run and hide like a scared little boy. I looked into you're eyes. Thought I knew you for a minute, now I'm not so sure. So, here's everything coming down to nothing... Thought I knew for a minute, but I don't anymore... Did you forget everything? Back up! I stare at the phone, he still hasn't called. And then you feel so low you can't feel nothin' at all, and you flashback to when we said forever and always. And it rains in your bedroom, everything is wrong. It rains when you're here and it rains when you're gone. Cause I was there when you said forever and always. You didn't mean it baby, you said forever and always.

23. Paso 3: Wrath

    Es la fase en la que se pasa de la tristeza a la rabia. En su caso, la rabia era producto, quizá, de cierto egoísmo. Nadie puede obligar a nadie a nada, pero pensó que hay muchas maneras de acabar las cosas, y la elegida por él no fue la más elegante. Vale, un cara a cara no era posible. Pero, ¿qué menos que una llamada? Malditas redes sociales... ¡¡cuánto daño habéis hecho!!

    Pero no. Él eligió la vía fácil, evitando verla llorar, evitando todo aquello que ella pudiera exigirle o echarle en cara. Cobarde. Y no era "sólo" ésto. El hecho de haberla tenido engañada durante un mes largo le parecía de lo más cruel que se le puede hacer una persona. Se sentía utilizada y una idiota por no haberse querido dar cuenta. Su vida amorosa parecía poder resumirse en un "¿qué he hecho yo para merecer ésto?", y sólo tenía ganas de... por ejemplo, romper cosas. Era demasiada la rabia contenida para un cuerpo tan pequeño como el suyo.

    Sí, lo culpaba de todo, no lo querría ver ni en pintura y deseaba vengarse. Fantaseaba con mil ideas de venganza... pero llegaba a resultarle agotador... Y sólo se le ocurrió alegrarse cada vez que su equipo de fútbol perdía algún partido...



Me dejaste sin respiración, y dejamos aparcado lo que había para hoy. Te llevaste tus zapatos, me arrancaste el corazón y me lo encontré tirado cerca de un contenedor... Me quisiste y me olvidaste. Me cambiaste por alguien mejor... Me arruinaste la semana, me quedé sin ilusión. Nos perdimos el repeto y nos dijimos adiós... Me dijiste "se ha acabado". Lo mejor para los dos. Y pensé decirte algo antes del portazo. Te dejaste y nos dejamos la ternura en un cajón... Me dejaste con la palabra en los labios. Y la palabra era no...

22. Paso 2: Masoquismo

    "No soportas la situación. Y aún así no dejas de escuchar vuestras canciones". Llegados a este punto, ya sabemos que Lady Drama es además algo masoquista. Por mucho que intentara escuchar otro tipo de música, siempre (a veces de forma inconsciente) acababa escuchando la que le recordaba a él. Y no era poca, precisamente.

    En este paso, aún evitas hablar del tema. Así que la situación te carcome y te niegas a pensar en todo lo que pasó como, valga la redundancia, algo pasado. Fue demasiado bonito (a la par que corto e intenso) como para haber tenido un final tan patético.

    Aún sabiendo que no es sano, sólo se piensa en una cosa: él. Pero era lógico. Habían hablado de tantas cosas, habían descubierto que tenían tantas en común... Habían paseado por tantas calles... Todo esto desembocó en que, durante esta fase, cualquier tema de conversación, se lo recordaba. Cualquier hobby, se lo recordaba. Cualquier canción en común, cualquier película que hubieran visto juntos, se lo recordaba. Pasear por cualquier rincón de Granada le traía recuerdos, de cómo pasearon juntos de la mano, parándose en los semáforos a darse un beso, esperando que nunca se pusiera en verde... Y le encantaba acordarse de cada detalle, del sonido de su voz y su risa, de su olor, de cómo la miraba... Todo... Todo que ahora era nada...





Me estoy derritiendo, me empiezo a quemar. Con las uñas de los dedos arrancadas de los nervios. Sólo queda el recuerdo. Y me siento vacía sin tí... Cumpliendo condena en esta soledad, como una sirena que no tiene mar. Con los trozos de un espejo esparcidos por el suelo, sólo queda el reflejo porque sigo vacía sin tí... Y aunque estoy sola, ya no siento miedo. Si me despierto, me vuelvo a dormir. Muerta de frío, me quemo por dentro. Sigo llorando por tí... Sigo llorándote, sigo esperándote, sigo pensando que no tengo remedio sin tí. Sigo llorándote, sigo esperándote...

21. Paso 1: ¿Para qué?

    "Dejas de arreglarte. Total, ¿para qué? ¿Quién lo va a apreciar?", rezaba aquel artículo de Paloma Corredor.  Pensó que ella se había saltado este paso. Es verdad que tuvo una época en la que maquillarse se le hacía algo aburrido. Pero si hicieran una película sobre ella, bien podría llamarse "No sin mi rimmel".

    El artículo continuaba diciendo que "estás subida en una montaña rusa emocinal y no tienes fuerzas más que para cumplir tus oblilgaciones". Lo de la montaña rusa, sí. Lo de las obligaciones, no. ¿Quién puede estudiar si sólo se piensa en una cosa?

    "Lo mismo lo echas de menos desesperadamente que te desborda la euforia", siguió leyendo, mientras abría los ojos de par en par. Y es que le impactó comprobar cómo una frase había resumido tan bien las primeras semanas de aquel agosto. Una frase escrita por una mujer completamente ajena a su vida. A veces pensaba que algunas personas la observaban por un agujerito y escribían canciones o artículos sobre lo que le pasaba a ella. O quizá era que estas cosas le pasan a todo el mundo. Le alegró no ser la única sufridora en el planeta y sonrió.




¿Para qué? Para nada... ¿Para qué andar descalza sin rumbo? ¿Para qué izar las velas del mundo?... ¿Para qué rebajar la condena? ¿Para qué, si te mata la pena?... ¿Para qué echar perfume a la vida? ¿Para qué, si te escuece la herida?... ¿Para qué continuar viviendo deprisa, buscando la suerte en la mierda que pisas? Te vas a volver a quedar sin volar ¿para qué? Para nada... ¿Para qué fusilar el olvido? ¿Para qué, si te pones a tiro?... ¿Para qué una tregua de abrazos?... Para nada te vale una vida varada. Hoy te toca romper la baraja, porque anclado, ni subes ni bajas. Para ser, para estar, para echar a volar, hoy te toca soltar las amarras. ¿Para qué emborracharte de olvido si te vas a beber lo vivido? ¿Cómo que para qué? Porque puedes, y sé, que si quieres, te sobran la alas. ¿Cómo qué para nada?

20. Paso 0: Se acabó

    Según el artículo de aquella revista, en este paso 0, aunque eres consciente del fin, decides no contarlo a la gente. Y eso es lo que le había pasado a ella, hacía ya casi un mes. La noche de autos, no tuvo más remedio que hablar del tema con su prima, que estaba pasando unos días con ellos y compartían habitación. No quería decir nada, pero su prima debió notárselo en la cara. Contar las cosas tan en caliente y con aquella desagradable sensación en el estómago consiguió hacerla llorar amargamente. Aquella noche, apenas durmió.

    Según el artículo, el problema es que no se aceptan los hechos y una se niega a la posibilidad de pasar página. Efectivamente, en aquella fase, era lo que le pasaba a ella. Pensaba que él se daría cuenta del error y todo volvería a ser como antes. Porque, como dijo Joseph Sanial-Dubay, "no basta con arrepentirse del mal que se ha causado, sino también del bien que se ha dejado de hacer". Luego pensó que hay gente que hace caso omiso a los refranes y proverbios. Se dio media vuelta en la cama y lloró. Hasta que se quedó dormida.



Me paso la vida pensando en lo bueno y lo malo. Mi mente está triste, me siento algo extraña. Mi cuerpo se agota, mi alma lo nota, de ver en el mundo mentiras de otras bocas... palabras tan falsas que por mi mente pasan, hoy pasan. El tiempo se pasa, y los años me cansan... El tiempo está en vilo. Yo sé que me pasa: mentiras, palabras, y todo es una farsa. Tengo un momento de ansias mundanas. Quisiera decir lo que siento en mi alma...Y en mi mundo nuevo te voy a olvidar, las aventuras que he podido vivir... No aguanto más historias así.

domingo, 29 de agosto de 2010

19. Lejos

    Se empeñaba en fingir que estaba bien. Y en el fondo lo estaba. Era sólo que le habían tocado donde más le dolía: su orgullo. Siempre que sus historias habían acabado, había sido ella la que había puesto fin. Las veces que lo había pasado mal por algún hombre había sido por enfriamiento, por un dejar que todo acabara, generalmente por parte de él. Algo paulatino. Que bien mirado, es mucho mejor: el cuerpo y la mente se van acostumbrando a esa ausencia y todo acaba por ser más llevadero.

    Pero esta vez todo fue diferente. No sólo en lo bueno (no recordaba que ni siquiera la hubieran mirado así con anterioridad), si no que también en lo malo. No es lo mismo ver la tormenta venir desde lejos y echar un paraguas en el bolso que que te pille una tormenta de verano en mitad de la calle y en chanclas. No sé si comprendéis la metáfora... Él, resultó ser un apacible día de verano. Ella se confió, se calzó su mejor calzado veraniego y se dejó llevar, en un paseo corto pero intenso. Ni el mejor meteorólogo podría haber previsto aquella horrorosa tormenta. Efectivamente, la pilló en chanclas y sin paraguas.

    Por otro lado, su "femme-fatalismo" iba bien. Aunque quizá lo ponía mal en práctica. O más bien, lo ponía en práctica con quien no necesariamente lo merecía. Y de todas formas, pensó en otra femme fatale histórica: Ana Bolena... Muy femme fatale, muy hija de puta (perdón por la expresión), pero acabó perdiendo la cabeza. Metafórica y literalmente. Al final le acabaría cogiendo miedo al "femme-fatalismo". De todas formas, se veía más como la sufrida reina triste, Catalina de Aragón, que como Ana Bolena...Tras muchos tropiezos, había llegado a la conclusión de que no fiarse de nadie era la decisión más acertada. Había aprendido a desconfiar de todos. 'Gracias por hacerme una desconfiada. Capullo". Insultó en singular, pero no vio sólo una cara. No es que su vida afectiva fuera más animada de lo normal. De hecho, era bastante standard. Pero sí que consideraba que llevaba más chascos de los necesarios. Porque sí. Un chasco de vez en cuando puede venir bien, puede hacerte valorar cosas o ayudarte a estar prevenida de cara a aventuras posteriores. O chascos posteriores en su caso. Pero ella iba de chasco en chasco, sin tregua alguna. Y no creía pedir tanto... ¿Acaso era tan difícil encontrar a alguien, qué te digo yo, con la cara de Henry Cavill, la manera de sujetar el cigarro de Alain Delon en sus mejores años (y sus facciones perfectas), la old school gallantry de Rock Hudson, o el encanto y atractivo general de George Clooney (que por cierto, cada día le recordaba más a Cary Grant)?

   
    Aquel día de agosto, echó un vistazo a cierta revista femenina. Era consciente de la cercanía de sus exámenes, pero la noche anterior había sido una noche movidita y su cuerpo no acompañaba a su mente Así que aquella mañana no hizo nada aparte de leer un artículo sobre los pasos a dar tras una ruptura... Pero, eso ya es otra historia...




Cuánto tiempo ha pasado desde el momento en que decías "no te vayas, agárrame fuerte que quiero seguir inventando momentos contigo que nunca terminan..." No quiero que pienses que lejos de ti no me acuerdo... Y si un dia de éstos, viajando, sales a mi encuentro, por mi madre que ya no te vuelvo a soltar otra vez. Y no puedo creer que me importe alguien que esté tan lejos. Si yo no soy así, no me entiendo, no sé lo que es ésto... Ya no como, no bebo, no duermo...