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martes, 31 de agosto de 2010

26. Paso 6: Penélope

    Poco a poco fue aceptando la situación, aceptando el presente, lo que hay y lo que tiene. Se había dado cuenta de que llevaba un  mes y pico como Penélope, la mujer de Ulises, que en su ausencia bordaba un tapiz, el cual, al ser concluído, marcaría el momento en el que Penélope olvidaría a Ulises y se decidiría por alguno de sus pretendientes. Sin embargo, Penélope, enamorada hasta la médula de su marido, cada noche deshacía lo bordado, para no acabarlo nunca. Tanto deshacer, tanto deshacer, a Ulises le da tiempo a volver. Felicidad. Fin.

    En su caso, llevaba un mes deshaciendo bordados. Estos bordados eran como una especie de mentiras que ella misma iba creando en su mente. Evitar la realidad significaba no tener que enfrentarse a ella y por lo tanto, no llorar. Pero tanto bordar para nada le empezaba a resultar aburrido. 'Mira, o lo terminas o lo deshaces definitivamente y a tomar por culo el tapiz', se dijo. Y como no le gustaba la costura, lo dejó tal cual estaba. Había pensado contarle que aún esperaba terminar esa conversación que ÉL mismo le dijo que acabarían (cual tapiz), aquella en la que él se defendería de todo lo que ella le había dicho y que él consideraba que no era verdad. Pero habían pasado semanas... Y él no se pronunciaba. Así que, mientras no se demuestre lo contrario, él es un capullo y ella un juguete usado. Y si alguien no está de acuerdo, que hable ahora o que calle para siempre.

    Impactaba tanto amor propio en un cuerpo tan pequeño como el suyo. Decidió que si él no tiene el valor de ir con la verdad por delante, ella no tenía por qué arrastrarse. 'Tú te lo pierdes, chaval'. Vale, a lo mejor se puso más chula de la cuenta. Pero es que había decidido salir del victimismo. Por fin.






Tengo que decirte que mi vida es muy triste, que va a ser como imposible que me olvide de que existes. Tengo que decirte que el día en que te fuiste se encendieron las farolas que alumbraban el camino para que pudieras volver.... Tengo que decirte que a la luz de la candela intento arañar la niebla que no deja que te vea... Un minuto me hace falta. Luego me voy para siempre.Sólo quiero decirte adiós.... Y, por si acaso, que sepas, que aquí siempre tienes un sitio. Adiós... Y aunque no te lo creas, sin ti nada será lo mismo. Sólo quiero decirte adiós. Adiós.

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