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lunes, 30 de agosto de 2010

23. Paso 3: Wrath

    Es la fase en la que se pasa de la tristeza a la rabia. En su caso, la rabia era producto, quizá, de cierto egoísmo. Nadie puede obligar a nadie a nada, pero pensó que hay muchas maneras de acabar las cosas, y la elegida por él no fue la más elegante. Vale, un cara a cara no era posible. Pero, ¿qué menos que una llamada? Malditas redes sociales... ¡¡cuánto daño habéis hecho!!

    Pero no. Él eligió la vía fácil, evitando verla llorar, evitando todo aquello que ella pudiera exigirle o echarle en cara. Cobarde. Y no era "sólo" ésto. El hecho de haberla tenido engañada durante un mes largo le parecía de lo más cruel que se le puede hacer una persona. Se sentía utilizada y una idiota por no haberse querido dar cuenta. Su vida amorosa parecía poder resumirse en un "¿qué he hecho yo para merecer ésto?", y sólo tenía ganas de... por ejemplo, romper cosas. Era demasiada la rabia contenida para un cuerpo tan pequeño como el suyo.

    Sí, lo culpaba de todo, no lo querría ver ni en pintura y deseaba vengarse. Fantaseaba con mil ideas de venganza... pero llegaba a resultarle agotador... Y sólo se le ocurrió alegrarse cada vez que su equipo de fútbol perdía algún partido...



Me dejaste sin respiración, y dejamos aparcado lo que había para hoy. Te llevaste tus zapatos, me arrancaste el corazón y me lo encontré tirado cerca de un contenedor... Me quisiste y me olvidaste. Me cambiaste por alguien mejor... Me arruinaste la semana, me quedé sin ilusión. Nos perdimos el repeto y nos dijimos adiós... Me dijiste "se ha acabado". Lo mejor para los dos. Y pensé decirte algo antes del portazo. Te dejaste y nos dejamos la ternura en un cajón... Me dejaste con la palabra en los labios. Y la palabra era no...

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